El Departamento de Energía (DOE) abrió miles de millones de dólares en fondos hoy para construir cadenas de suministro nacionales para baterías. Las baterías serán cruciales en los planes de la administración Biden para hacer la transición de la nación a vehículos eléctricos y energía limpia.
El DOE dice en su anuncio que otorgará $ 3.1 mil millones a las empresas para impulsar “la creación de instalaciones comerciales nuevas, modernizadas y ampliadas” para procesar materiales, fabricar baterías y reciclarlas al final de sus vidas. Otros $60 millones en subvenciones del DOE financiarán los esfuerzos para encontrar un segundo uso para las baterías viejas de vehículos eléctricos. El dinero proviene de la Ley de Infraestructura Bipartidista que se aprobó el año pasado.
El panorama general: la administración Biden ha establecido objetivos bastante grandes para la energía limpia y el transporte en los EE. UU. Comprometió a EE. UU., bajo el acuerdo climático de París, a reducir a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero esta década. Para hacer eso, la administración quiere que la red eléctrica funcione completamente con energía libre de contaminación por carbono para 2035 y asegurarse de que la mitad de todas las ventas de automóviles nuevos sean vehículos eléctricos o híbridos para fines de la década.
Ese tipo de futuro depende de tener la tecnología de batería para hacer que los vehículos eléctricos sean más asequibles, así como para almacenar energía eólica y solar para que esté disponible cuando la luz del sol y los vientos disminuyan.
Sin tomar medidas, un análisis del DOE del año pasado encontró que la capacidad de producción de baterías de EE. UU. no podría satisfacer ni la mitad de la demanda proyectada de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos en 2028. En este momento, las cadenas de suministro de baterías son especialmente vulnerables porque están concentradas en solo un puñado de países. Eso condujo a denuncias de abusos laborales, como una demanda contra Tesla y otras empresas por la muerte de niños trabajadores.
El anuncio de hoy es solo el último de una serie de movimientos que ha realizado la administración de Biden para tener en sus manos más (y mejores) baterías. En marzo, Biden invocó la Ley de Producción de Defensa para impulsar la minería nacional y el procesamiento de minerales como el níquel, el litio, el cobalto, el grafito y el manganeso, que son vitales para la fabricación de baterías. En junio pasado, el Departamento de Energía publicó un “plan nacional” para fabricar baterías de litio. En total, la Ley de Infraestructura Bipartidista incluye $7 mil millones para las cadenas de suministro de baterías domésticas, desde la recolección de materias primas hasta la fabricación de celdas de batería y su reciclaje al final de su vida útil.