Mientras investigaba la historia de las gafas inteligentes, me topé con el número de agosto de 1990 de Mecánica Popular. En página 48 fue el Private Eye, al que se le atribuye el mérito de ser el primer ordenador portátil del mundo. Lo que estoy seguro que el escritor no sabía en ese momento es que la primera línea del artículo continuaría describiendo gafas inteligentes durante casi 30 años después de su redacción. Afirma: “A veces una empresa desarrolla algo tan ingenioso que pasa un tiempo antes de que alguien descubra cómo utilizarlo de forma eficaz”.
Las gafas inteligentes ofrecen la rara oportunidad de que una computadora esté a la altura de los ojos y los oídos y esté integrada en un accesorio que la mayoría de la gente ya usa. Pero hasta hace poco, ha sido casi imposible empaquetar la tecnología necesaria para hacer que un par de anteojos sean “inteligentes” en un paquete que no te haga parecer ridículo.
Sintonice mi vídeo de arriba para ver la divertida evolución de las gafas inteligentes y cómo podrían hacer realidad el sueño de un futuro más ambiental.