si no lo has hecho visto “Don’t Look Up” de Adam McKay protagonizada por Meryl Streep, Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, deberías. La película habla de una amenaza existencial, aunque preventiva, para nuestro mundo, y bueno, a nadie parece importarle.
Si bien es una alegoría, esta pieza política refleja la realidad climática para muchos. Para aquellos a quienes les importa, no falta la confusión sobre cómo abordar mejor esta amenaza inminente.
Pero, ¿y si una respuesta estuviera justo frente a nosotros? Considere que un asombroso 40% de los gases de efecto invernadero globales provienen del “mundo construido”. Cuarenta por ciento es una cifra considerable en el contexto de lo que está en juego. En este caso, mire hacia arriba, hacia la derecha y hacia la izquierda, porque la respuesta podría estar por todas partes.
Al frente y al centro se encuentran los aproximadamente 97 mil millones de pies cuadrados de bienes raíces comerciales. A pesar de esta huella considerable y el impacto en el clima, la falta de conciencia y el lento ritmo de adopción de tecnología de la industria de bienes raíces han obstaculizado la acción hasta hace poco.
A esto se suman las percepciones erróneas de los rendimientos de las inversiones climáticas y, francamente, la sobrecarga de información a medida que la industria se vuelve inteligente sobre la neutralidad del carbono. Afortunadamente, está surgiendo evidencia sobre el ROI de la tecnología climática tanto para compradores como para inversores, evidencia que podría ser crucial para llevar al “Mundo Construido” a una era de neutralidad de carbono.
Verde se traduce en verde
Como dice el refrán, hay que gastar dinero para ganar dinero. Y cuando se trata de reducir la huella climática de los bienes raíces, según Jones Lang LaSalle (JLL), el camino comienza con la adopción de tecnologías que permitan certificaciones ecológicas como LEED y BREEAM.
Entre una serie de conclusiones, el informe de JLL cita que las certificaciones verdes dan como resultado una prima de alquiler del 6 % para bienes inmuebles comerciales y una prima de venta del 8 %. Pero el reconocimiento del cambio climático y la conciencia de la eficacia de las tecnologías climáticas es solo el comienzo. Saber por dónde empezar trae sus propios desafíos.
Para desbloquear este ROI, los propietarios han implementado una gama de tecnologías de ahorro de costos, como iluminación eficiente, sistemas de refrigeración y calefacción reinventados y sistemas para reducir su huella de electricidad. Después de todo, para obtener una certificación LEED, los edificios deben alcanzar una puntuación de rendimiento que combine métricas de varias categorías, como energía, agua, residuos, transporte y calidad.
Para adaptarse, la tecnología ha aparecido transversalmente a lo largo de la cadena de valor del diseño, la construcción y la modernización de partes del ciclo de vida del edificio para mejorar las métricas en las categorías objetivo de LEED. Para desempacar la oportunidad vienen consideraciones específicas con inversiones en cada punto.
Diseño y construcción
Un mundo ideal, neutral en carbono, podría construirse desde cero. Están surgiendo tecnologías comprobadas como Cove.Tool y Juno Residential para habilitar este nuevo y valiente mundo de eficiencia energética, comenzando con cómo se diseñan los edificios y con qué materiales están construidos.